El ámbar dominicano es una de las resinas fósiles más apreciadas en el mundo, famosa por su transparencia, colores vibrantes y la presencia de inclusiones perfectamente conservadas de insectos, plantas y otros organismos prehistóricos. Su origen se remonta a entre 15 y 40 millones de años, durante el período Mioceno y Eoceno.
El ámbar se ha utilizado en la isla desde tiempos precolombinos, cuando los taínos lo consideraban una piedra mágica y lo empleaban en rituales y ornamentación. Tras la llegada de los europeos, Cristóbal Colón lo documentó en su segundo viaje a América (1493). Desde entonces, ha sido objeto de comercio y admiración, consolidando su reputación como uno de los ámbares más valiosos del mundo.
Yacimientos de Ámbar en República Dominicana
La República Dominicana alberga algunos de los yacimientos de ámbar más importantes del planeta, siendo los principales:
Yacimientos de la Cordillera Septentrional
Se extienden en las provincias de Santiago, Puerto Plata y Espaillat.
Destacan por producir ámbar azul, el más raro y costoso.
Se encuentra en depósitos de lignito en montañas de difícil acceso, lo que hace su extracción artesanal y desafiante.
Yacimiento de El Valle (Hato Mayor)
Localizado en la región oriental del país.
Produce ámbar amarillo y miel, además de algunas piezas con fluorescencia azul.
Más accesible en comparación con la Cordillera Septentrional, pero con menor volumen de producción.
Características del Ámbar Dominicano
Color y variedades: Se encuentra en tonos amarillo, miel, marrón, rojizo y verde, pero su mayor tesoro es el ámbar azul, único en el mundo por su fluorescencia bajo luz ultravioleta.
Transparencia: Es más claro y menos opaco que otros ámbares del mundo, como el báltico.
Inclusiones fósiles: Destacan insectos, arañas, semillas, hojas e incluso lagartijas atrapadas en la resina hace millones de años.
Fluorescencia: Al exponerse a luz ultravioleta, algunos ámbares dominicanos emiten un brillo azul intenso, particularmente los de la Cordillera Septentrional.
Origen Botánico del Ámbar Dominicano
Se cree que el ámbar dominicano proviene de la resina fosilizada del árbol extinto Hymenaea protera, un antepasado del actual Hymenaea courbaril, conocido como algarrobo o guapinol. Esta especie produjo grandes cantidades de resina en los bosques

tropicales del pasado, lo que permitió la formación de los depósitos de ámbar que hoy se encuentran en la isla.
El ámbar dominicano sigue siendo un emblema de la riqueza natural y cultural del país, atrayendo tanto a científicos como a coleccionistas y diseñadores de joyas.
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